Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Benjamin Franklin.

lunes, 15 de octubre de 2012

"La educación del movimiento y yo"

Víctor nos pidió que hiciéramos un dibujo titulado “La educación del movimiento y yo” y que lo analizásemos, para dar a conocer el por qué de ese dibujo.

 
 
 

Si, como podemos comprobar todos, no soy Velázquez ni esto es  Las Meninas”, pero en fin, es lo que hay. Mi dibujo tiene una explicación: Considero que la mejor manera que hay para aprender las cosas es viviéndolas. Las cosas que aprendimos cuando éramos pequeños, y que no olvidamos, como los colores, los números, las formas geométricas… Todo lo que compone la base de nuestro conocimiento, nos lo enseñaron jugando. Las clases eran amenas y aprendíamos tocando, comprobando las cosas, preguntando el por qué de todo… Conforme van pasando los años y los cursos, las clases se hacen más pesadas. Nos ponen delante un libro, que cada vez pesa más, y leemos y memorizamos todo lo que pone en él, sin saber por nosotros mismos si eso es cierto o no.

Me he dado cuenta con el tiempo, que lo que de verdad se nos queda durante toda nuestra época de aprendizaje es aquello que hemos experimentado, vivido. Es lo que he intentado representar en el dibujo: Los niños no están jugando, están aprendiendo.

Rousseau en su Emilio ya nos indicaba que al niño había que dejarle libre, que experimentara, que cometiera errores, sólo así aprendería. Por ello le daba una importancia tan grande a la educación física, para él, el movimiento es creador de inteligencia. La razón sensitiva, resultado de la primera gimnasia, constituye la base y fundamento indispensables de la razón. Sin el cuerpo, la razón no tendría relación directa con las cosas.

«Si usted quiere desarrollar la inteligencia de su alumno, desarrolle primero las fuerzas que debe gobernar. Ejercite continuamente su cuerpo, hágalo robusto y sano, para que se vuelva prudente y razonable; que trabaje, corra, grite, que esté siempre en movimiento; que sea hombre por el vigor y pronto podrá serlo por la razón... […] Es un error muy lamentable pensar que el ejercicio del cuerpo puede perjudicar las realizaciones del espíritu... ¡como si estas dos acciones no debieran ir a la par y que una no debiera dirigir siempre la otra»

 
En mi opinión, esta propuesta de Rousseau no se ha de aplicar únicamente a los niños, si no a todas las personas, sea cual sea su edad.

¿Por qué suelen haber más niños con problemas en geografía o historia que niños que no sepan hacer una voltereta o patear un balón? Porqué en la clase de educación física hay una parte práctica, donde experimentan y viven las cosas, a nadie se le olvida como golpear un balón, pero sí cuál es la fecha de la guerra civil o quien fue ese tal Descartes que decía aquello de “Pienso, luego existo”, porqué no hay vivencias, no se experimentan, estas delante de un libro, te memorizas el texto y una vez que has pasado el examen, se te olvida.

Mi dibujo trata sobre esto: No hay que enseñar a base de libros, si no guiar al alumno para que descubra mediante la experiencia aquello que queremos que aprenda y que no olvide nunca.

 

2 comentarios:

  1. Muchas cosas a comentar. Me pregunta si la historia o la geografía no pueden ser también, de alguna forma, vivenciadas. Y me respondo: sí, pero no de la misma forma ni con tanta facilidad como el movimiento. POr que lo que experimentamos es nuestro cuerpo y nuestro cuerpo, en gran medida, somos nosotros.
    Y luego la pregunta de siempre: ¿dónde estás tú?
    Gran post!!

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    1. ¡Gracias por tu comentario Víctor!
      Estoy totalmente de acuerdo contigo, aunque tengan más dificultad ya que sus vivencias no implican movimiento, no significa que no tengan. Lo sé por experiencia propia. A mi me encanta la historia, y eso es gracias a mi profesora, que nos hacia que nos metiéramos en la situación en la que se encontraba la gente, en que pensáramos por qué actuaban de esa manera y hacían lo que hacían. Es gracias a que pensé (cada vez me voy dando más cuenta de como de importante es enseñarle esto a un alumno) en lo que me decía el libro, y no a que memoricé únicamente, lo que hace que hoy en día siga acordándome de todo, y tenga cada vez más interés en saber.

      En cuanto a dónde estoy en el dibujo, yo me encuentro observando a los niños, viendo como aprenden mientras juegan, dejándoles hacer y preparada para intervenir, por si es necesario corregir o, simplemente, para mejorar.

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