Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Benjamin Franklin.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

El problema dentro del problema.

En "Educación física, movimiento y curriculum" Arnold nos da una clara explicación de cuando el movimiento es educativo: Cuando "las experiencias que ofrecen a los participantes son placenteras e intrínsecamente satisfactorias porque les asignamos una clara intencionalidad educativa, cuidamos las relaciones sociales en dicho contexto y las desarrollamos en condiciones moralmente aceptables" (Devis 2011).

No voy a pasar a resumir lo leído en su libro o en el artículo "Sobre el valor educativo de los contenidos de la educación física"de José Devís y Carmen Peiró, ni tampoco a refutar sus ideas, ya que no tengo la formación suficiente para hacerlo y, porque, simplemente, estoy de acuerdo con lo que dicen. Lo que voy a tratar de exponer son las preguntas que me han venido a la cabeza al terminar de leer las lecturas y después de todo lo comentado en clase.

Imagen cogida del blog "El blog didáctico de Educación Física"
Si hablar de educación ya es un tema complicado, más lo es cuando se trata de educación física. Y un problema está relacionado con otro. Nuestra asignatura, a la que nos dedicaremos en el futuro, está socialmente desprestigiada, es considerada como un recreo más, donde los alumnos se cansan y van relajados, calladitos y obedientes a la siguiente clase. ¿Alguna vez alguien ha suspendido Educación Física? y si la ha suspendido ¿Los padres se han preocupado por ello? No lo creo. El problema está que la gente no sabe que se aprende en las clases de educación física, y esto es grave, pero lo es todavía más que nosotros, los profesores, no sepamos que se enseña en la clase de educación física. Y esto lo digo por experiencia, en el instituto, concretamente en 3º de la ESO, mi clase tenía un profesor de educación física, y la clase de al lado, otro. Las cosas que dábamos eran totalmente diferentes, no había relación por ningún lado, cada uno impartía lo que quería. Esto me dio a entender que a pesar de los objetivos específicos que se supone que La Ley Orgánica de Educación establece, no hay control alguno. Si está estipulado que los alumnos de tal año tienen que saber cuando, como y por qué ocurrió la Revolución Francesa, todos los profesores de este país darán ese temario, pueden variar los métodos, pero el tema es el mismo para todos. En educación física no ocurre lo mismo, por el hecho de que en nuestro campo no se ha llegado a un consenso sobre cómo y que educar.

Que el movimiento es educativo es algo que está claro. Y está afirmación Arnold la argumenta con tres dimensiones interrelacionadas entre sí: La educación sobre el movimiento, la educación a través del movimiento y la educación en movimiento. De todas ellas, la que más me ha llamado la atención ha sido la educación a través del movimiento.

Esta dimensión nos habla del movimiento como propósito utilitario, es decir, esta relacionados, indirectamente, con valores extrínsecos como la estética, la salud, la ocupación del tiempo libre... Y es a raíz de un comentario que ha hecho Víctor, lo que ha captado mi interés: La educación física, hoy en día, está relacionada con la salud, concretamente con el problema de la obesidad infantil.

¿Somos nosotros los encargados de hacer que el niño adelgace o de enseñarle a comer bien? No. La respuesta es clara. Si la sociedad nos está encargando ese problema es porque considera que en Educación física no hay objetivos o que no es importante, si lo fuera, no lo harían, a nadie se le ocurre decirle a los profesores de biología que enseñen a sus alumnos a hacerse una dieta sana.

En mi opinión hemos entrado en un circulo vicioso del que es muy difícil salir: La gente no considera a la educación física como algo importante, porque piensan que no se aprende nada, o que, lo que se aprende, no es de importancia, y unas de las razones por las que todavía forma parte de la escuela (cada vez menos, en bachiller ya no es obligatoria) es porque es útil para otros aspectos, como el de la salud, que no es la meta de esta profesión, por lo menos, no la actual como ha indicado Víctor, por lo que los contenidos dejarían de ser educativos, y vuelta a empezar.

Entre todos debemos de solucionar esto, llegando a un consenso sobre que es la educación física, que se imparte, como y porque, sino lo hacemos, por extensión, la primacía de las "asignaturas mentales" se mantendrá, y, con ello el problema del sistema educativo.

1 comentario:

  1. Buenas Bea, ahora que dispongo de tiempo estoy dedicándome a leer, y tengo que darte la enhorabuena porque no puedo salir de tu blog. Estoy leyendo cada una de las entradas que has elaborado sobre educación y me sorprende las grandes aportaciones que has querido compartir con nosotros.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo, pero como he leído en otra entrada tuya, en nuestras manos esta devolver el prestigio social a nuestra profesión, a nuestra materia educación física, y demostrar a toda la sociedad, comenzando por nuestros compañeros docentes de otras asignaturas, que nuestra trabajo es tan digno como el suyo, y que nuestras sesiones no son un recreo más para ir descansado a las asignaturas verdaderamente importante. Por ello, deberíamos terminar con la ideología, del Recreacionismo (también trabajada en clase)

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